20/07/2022
Desde hace varios años que la salud mental en nuestro país es un tema de preocupación. La pandemia agudizó aún más el problema, afectando a gran parte de la sociedad, pero en especial a las personas adultas mayores, quienes vieron fuertemente restringidas sus actividades sociales y recreativas durante los periodos de confinamiento y aislamiento social, relegando a muchas personas de la tercera (sobre sesenta años) y cuarta edad (octogenarios, nonagenarios y más) a una vida más solitaria.
En una encuesta realizada por la Unión Europea, la soledad fue mencionada por políticos como el problema fundamental que genera estrés en la vejez. Actualmente en Chile el 16,2 por ciento de los habitantes supera los sesenta años y, de acuerdo con los datos de la Encuesta Casen, unas 460 mil personas mayores viven en hogares unipersonales, es decir, solas, lo que podría convertirse en un factor de riesgo.
La ciencia ha puesto los ojos en este punto, porque el estrés, provocado por la soledad o el aislamiento social, deteriora la calidad de vida y se le vincula, durante el envejecimiento, como posible causa de enfermedades relacionadas con la pérdida de la memoria, como el Alzheimer y la demencia.
Cómo enfrentar el estrés que genera la soledad en la memoria y poder modificarlo es el desafío del estudio que dirige el neurobiólogo Alexies Dagnino, investigador del Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa de la Universidad de Valparaíso (CENFI-UV) y del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES). La investigación, que lleva a cabo junto a los doctores Begoña Góngora y Álvaro Ardiles, también de la UV, y otros investigadores de las regiones de O’Higgins, Metropolitana, Araucanía y Magallanes, se centrará en la búsqueda de evidencia científica que revele si la forma de afrontar el estrés, activo o pasivo, durante la vejez modula sus efectos sobre la corteza frontal y el hipocampo.
El estudio titulado “Estrategias de afrontamiento al estrés durante el envejecimiento y su impacto en la memoria” fue uno de los nueve proyectos financiados por el CIES, en el que participan 66 investigadores de diecisiete universidades estatales de Chile adscritas al Cuech. Para este proyecto se estudiará a 180 personas mayores que viven en Magallanes, Temuco y Valparaíso, y se integrarán análisis clínicos y preclínicos.
Tal como lo explica el investigador, quien tiene una vasta trayectoria en el estudio de la neurobiología de la resiliencia al estrés y su relación con el origen de las enfermedades mentales, cuando el cuerpo está bajo estrés genera una hormona llamada cortisol. Cuando el estrés es prolongado, los altos niveles de cortisol pueden producir neuroinflamación en la región del hipocampo, zona que está vinculada a la capacidad de aprender, procesar y almacenar recuerdos a corto y largo plazo.
En otras palabras, el estrés provoca un daño físico en el cerebro, en específico en el área del hipocampo, la que se puede observar y medir en el Laboratorio de Neurobiología del Estrés que dirige el doctor Dagnino con modelos experimentales.
“La neuroinflamación sería la causante de la falta de memoria y si el deterioro persiste podría generar enfermedades como el Mal de Alzheimer o la demencia, por ejemplo”, sostiene.
El doctor Dagnino también destaca que la investigación es pionera en el mundo: “Por primera vez se estudiará cómo la manera de afrontar el estrés en el envejecimiento influye sobre sus efectos en la memoria. Es un proyecto que va a entregar información relevante, no solamente en Chile, sino que a nivel mundial, de un fenómeno que es modificable. Me refiero a las estrategias de afrontamiento al estrés. Por este motivo es que tengo mucha esperanza, porque la resiliencia al estrés es algo que se adquiere en la vida, es entrenable, y al ser un factor modificable permite también prevenir problemas de memoria en las personas mayores”.
El científico añade que “las estrategias para lograr los cambios son muy aplicables. Los colegas más clínicos ven que es posible modificar ese tipo de comportamiento. Los estudios en humanos caminan a pasos de tortuga, pero es la realidad humana, en cambio en modelos experimentales avanzan como un conejo y se van adelantando a los posibles escenarios que se van analizar en el futuro. En humanos solamente vamos a ver cómo se correlacionan las estrategias del afrontamiento al estrés en la vejez y su efecto en la memoria, pero en los modelos animales vamos a estudiar si la estrategia de afrontamiento al estrés se traduce en más o menos neuroinflamación en el hipocampo. El estudio durará tres años”.
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