El funcionamiento adecuado del organismo (lo que entre otras cosas supone que los animales estén sanos y bien alimentados), el estado emocional del animal (incluyendo la ausencia de emociones negativas tales como el dolor y el miedo crónico) y la posibilidad de expresar algunas conductas normales propias de la especie (Fraser et al., 1997).
El bienestar de los animales que se utilizan en investigación es importante sobre todo por razones éticas. Además, es necesario garantizar los mejores estándares posibles de bienestar animal como un requisito imprescindible para que los resultados sean válidos y reproducibles.